jueves, 7 de agosto de 2014

EGIPTO ACTUAL

EGIPTO EN LA ACTUALIDAD



Egipto es en la actualidad un país situado en el noroeste de África; exactamente, en la encrucijada de caminos entre dicho continente y Asia, a un lado y otro del canal de Suez.

Además, es una prolongación del Sahara que limita al este con Israel y el Mar Rojo, al oeste con Libia, al sur con Sudán y al norte con el mar Mediterráneo. Tiene una extensión de 1.001.622 Km2 de los cuales tres cuartas partes de su superficie la integra el desierto del Sahara siendo una de las regiones más áridas del globo, sólo habitado en torno a los oasis; y posee 2.450 km. de costa a lo largo de mar Mediterráneo y el Mar Rojo. En general, predomina el clima desértico propio de las regiones donde se asientan las altas presiones subtropicales. Posee una de las densidades más altas del mundo con 69.530.000 (2.001) habitantes y viven, casi en su totalidad, en un 5% del territorio. Su capital es El Cairo.





Hoy día observamos una acusada división del país en cuatro zonas:
1.- El Valle y Delta del Nilo, 2.- el desierto oriental y la cordillera arábiga, 3.- el desierto occidental, 4.- la península del Sinaí.
En concreto, el Valle separa dos zonas del país. Al este, dominan una meseta y montañas abruptas, al oeste se extiende otra gran meseta desértica, concentrándose las tierras fértiles a lo largo del valle y del Delta, extendiéndose un oasis fluvial con una anchura de 1 a 25 km. a lo largo del río, desde Asuan hasta su desembocadura. Los primeros pobladores de Egipto alcanzaron las riberas del Nilo, por entonces un conglomerado de marismas y foco de paludismo, escapando de la desertización del Sahara. Las primeras comunidades hicieron habitable el país, y se estructuraron en regiones llamadas nomos. Pasado el tiempo y tras épocas de acuerdos y disputas los nomos se agruparon en dos proto-naciones, el Alto Egipto y el Bajo Egipto. Egipto se unifica alrededor del año 3200 a.C., desde el faraón Menes (Narmer en su nombre egipcio).
Es esta misma zona donde se sigue desenterrando en la actualidad la herencia de una de las culturas más sabias, ricas y grandiosas de la Historia.
Lo cierto es que las idóneas características que prometía la geografía, ya que ofrecía un aislamiento ante el acoso de los pueblos enemigos; junto al efecto natural de la crecida del río Nilo brindaba la riqueza y las condiciones óptimas paras el desarrollo de una de las principales y más admiradas civilizaciones en la historia de la humanidad.
Lo que se ha venido denominando el Egipto Antiguo; es decir, los comienzos de la civilización que pobló la región en la que nos centramos, recorre tres etapas marcadas por la grandeza de la política, de las construcciones y de los éxitos militares; con periodos intermedios de conflictos internos y dominación por gobernantes extranjeros. En primer lugar, en el Imperio Antiguo observamos el florecimiento de las artes y la construcción de inmensas pirámides. Durante la etapa posterior, el Imperio Medio (2050-1800 a. C), se produce el esplendor económico y, por último, en el Imperio Nuevo (1567-1085 a. C), se alcanzó el colmen de los éxitos tratando dicho tiempo como una época de edad dorada. La última y más larga dinastía, la dinastía XVIII; sería derrocada por el pueblo persa en el 341 a. C. y más tarde controlados y gobernados por griegos y romanos. La sombra del gran imperio de faraones casi no tenía proyección más que en la propia Historia; Egipto formaba parte de otros imperios y su población, sus costumbres, legislación… iría menguando y mutando a medida que iban siendo invadidos. Con la muerte de Mahoma en el 642 se produce la invasión árabe, el Islam el idioma árabe, sus costumbres… marcarían una nueva etapa durante los siguientes seis siglos. A finales del siglo X los Fatamidas se hicieron con el gobierno; posteriormente se procede a la época de Saladino que supondrá un renacimiento cultural y económico favorecido por el espíritu de la Jihad, guerra santa en respuesta a las cruzadas cristianas. Entre 1250 y 1517, los Mamelucos, que eran parte de una casta militar local, tomaron el control del gobierno y derrotaron a los mongoles en su avance imparable por Asia pero apenas fueron incapaces de impedir la ocupación del país y el control del gobierno por parte de los turcos otomanos.
El declive de Egipto data de la época en que los otomanos se hacen con la región y, a pesar de la breve presencia de imperios de la talla de la Francia de Napoleón, la caída de Egipto parecía irreversible. La serie de guerras civiles entre otomanos, mamelucos y mercenarios albaneses no hicieron más que sumir en la miseria a una de las civilizaciones más destacadas de la Historia Universal.
A principios del siglo XIX nacería un nuevo Egipto con una independencia absoluta, un regente (el sultán Muhammed Alí) encargado de poner en marcha una política de reconstrucción orientada a occidente y que se resumiría en una serie de reformas tales como nuevas estructuras militares, educativas, industriales y agrícolas, incluyendo planes de regadío, que fueron continuadas y ampliadas por su nieto y sucesor Ismail Pachá.
1869 daría comienzo a una nueva etapa en la Historia contemporánea egipcia, tras la apertura del canal de Suez la situación geográfica y estratégica era envidiable e imperios tales como el británico no dudaría en ejercer su influencia mediante un protectorado. De nuevo el gran imperio faraónico no podía hacer frente a las tensiones exteriores y se veía inmerso en los brazos de un pueblo extranjero; los viejos tiempos ya ni se recordaban.
Con la persistencia el pueblo egipcio lograría sobrevivir ante dicha invasión; primero se logró una constitución propia a pesar de la gran influencia inglesa en el país, más tarde, llegaría el nombramiento de un régimen parlamentario, gobernantes egipcios y, por último, el cese del tratado anglo-egipcio y la instauración de un gobierno auténticamente egipcio (1952).
El nuevo presidente, Andel Nasser declaró la titularidad pública del Canal de Suez lo que no hizo más que florecer una buena situación de la Tesorería egipcia, aunque para ello tuvo que enfrentarse militarmente en 1956 a las tropas conjuntas francesas, inglesas e israelíes que intentaron derrocar al gobierno sin conseguirlo (Crisis de Suez). Esta victoria militar colocó a Nasser a la cabeza de los líderes de Oriente Medio y como ejemplo a seguir por el mundo árabe para librarse de las intrusiones extranjeras.
De unos años para acá, la inestable situación del país le hizo participar en una alianza de países árabes (República Árabe Unida, 1958-1961) pero la escala de resbalones y fracasos en acuerdos… le hicieron desvincularse de la liga produciéndose un incremento del fundamentalismo islámico en el país aunque en la actualidad la política interior de corte moderado ha conseguido vencer al fundamentalismo, pese a algunos atentados contra turistas extranjeros para dañar la fuente principal de ingresos del país: el turismo.
Tras la Cumbre de Amán en 1987, Egipto inicia la recuperación de sus anteriores relaciones con los países árabes, especialmente con Arabia Saudí. Desde entonces, Egipto sufrió una revaloración y aprovechó su prestigio para mediar entre Israel y Palestina, y en 1993 apoyó la firma de los acuerdos que llevaron al inicio de la autonomía Palestina, defendiendo la formación de un futuro Estado Palestino.
La huella occidental en el pueblo egipcio ha provocado que, recientemente (2003), se produjese un movimiento social egipcio para el cambio (Kifaya), cuyo principal objetivo es buscar una vuelta a la democracia y a mayores libertades civiles.
Egipto en la actualidad ha tenido que sobrevivir a un terrible desequilibrio económico debido a la existencia de un sector agrario rígidamente controlado por el sector público encargado de poner unos precios deficitarios en todas sus producciones. Con respecto a la política exterior el panorama no era mucho más alentador ya que hablamos de un comercio exterior vulnerable y, así mismo, deficitario y basado en las exportaciones de productos energéticos, las remesas de emigrantes, los ingresos del canal de Suez y el turismo.
Ha sido, realmente, la firma con el FMI el antídoto necesario para paliar un poco esta nefasta situación ya que se han producido, en estos últimos tiempos, una serie de reformas vitales para el país. Hablamos de privatizaciones (que se intentaron paliar con un Fondo Social de Desarrollo administrado por el Banco Mundial), la reforma del sector financiero a partir de diversas medidas liberalizadoras tales como la supresión de los tipos de interés máximos en los depósitos en moneda local, permitiendo al mercado la fijación de los tipos de interés activos y pasivos y las restantes condiciones inherentes a los créditos.
En política comercial, desde comienzos de 1995, su integración como miembro de la OMC le ha aconsejado en la reducción de ciertos impuestos y tasas como el arancelario y la subida de otros impuestos; a pesar de ello debemos hablar de un país bastante proteccionista.
Nuevos proyectos hacen mella en la economía y en el paisaje como es el caso de la recuperación de tierras al desierto a gran escala conectada con proyectos industriales, mineros y turísticos; además de la creación de nuevas comunidades urbanas con el fin de reducir la congestión de población en el valle del Nilo. Nuevas zonas portuarias y creaciones de grandes complejos industriales como refinerías, fabricación de fertilizantes y petroquímicas.
En el ámbito laboral, se ha producido una mejora salarial, en las condiciones de contrato; se empieza a mirar por el trabajador estableciendo horas máximas de trabajo y de vacaciones o fijando y controlando las condiciones para el despido de un trabajador, además de crear una seguridad social.
En el plano educativo debemos advertir de un no muy alto grado de alfabetización en los hombres (un 65%) reduciéndose en las mujeres hasta un 30,5%. Se ha apostado por una educación pública y el mundo universitario tiene una amplia presencia con 192 facultades entre humanitarias y de ciencias.
Sanitariamente hablando tampoco podemos hacer comparaciones con Occidente aunque, por lo menos, se trata de un sistema sanitario gratuito. Para que nos hagamos una idea de las condiciones que encontramos en el Egipto actual, hay 183 médicos por cada 10.000 habitantes. Las instalaciones sanitarias cuentan en total con 109.700 camas entre hospitales públicos y privados en las ciudades y salas de primeros auxilios en los pueblos. Hay 208 hospitales públicos centrales y 126 en las zonas rurales.





El filón económico es el turismo y así se reflejan en otros aspectos de interés como son las infraestructuras; la red viaria consta de 50.300 km., entre autopistas y carreteras asfaltadas pero la más importante es el cinturón que une El Cairo con Alejandría donde se concentra el 70% del movimiento de vehículos y donde está el turismo. En dicho cinturón también encontramos la mayor parte de los 20 aeropuertos, los más importantes puertos comerciales internacionales…
La enorme capacidad del turismo de mantener el desarrollo y la estabilidad del país le ha hecho incrementar en apenas unos años más del 30% la cifra de turistas. Egipto es atractivo por su impresionante Historia y por los restos aún conservados acerca de la misma, visitar Egipto es como transportarte a esa época en que los egipcios eran una de las civilizaciones más poderosas del mundo. Hoy, además, el país te ofrece un turismo natural, náutico (playas), buceo, golf, turismo termal, ecológico…
El Egipto de la actualidad dista mucho del que conocemos a través de la Historia y de su legado cultural pero parece ser consciente de ello y no disimula su interés por hacer pervivir ese recuerdo a través del turismo.
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